Muchos tratarán de buscar una conexión entre el Rinconcillo y artistas de la talla de Malú o Alejandro Sanz, otros tirarán de recuerdos para hablar de que esta barriada alberga la mejor playa del mundo, unos cuantos tratarán de justificar lo injustificable tirando de hemeroteca para a golpe de licitación pública y señalamiento político, decir que el Rinconcillo está mejor que antes.
Lo cierto es que esta barriada de Algeciras que supera con creces los 5.000 habitantes, está cada día más destrozada. Desde el último grano de arena hasta el primer centímetro de acerado, es un barrio destruido por el paso de los años que sobrevive a base de la limosna de las administraciones públicas.
Una barriada destrozada y abandonada por la administración pública
Caminar por las calles del Rinconcillo descubre al que no lo conozca, una barriada de infinitos callejones sin asfaltar, acerados destrozados y zonas llenas de maleza. Esta dejadez para el ciudadano del Rinconcillo hace que el comercio sobreviva a duras penas, quedando un puñado de tiendas de ultramarinos y varios negocios de ‘todo a cien’. Tan solo el núcleo gastronómico junto a la playa resiste al ostracismo al que se ve relegada esta barriada.
Sin ir más lejos, en una superficie cercana a los dos kilómetros cuadrados, más de 5.000 vecinos carecen de sucursales bancarias, un mísero local donde “echar el Euromillón”, o un centro de salud que no registre cada mes decenas de quejas por falta de personal. Suerte hubo de que las dependencias de la Policía Nacional de Algeciras se encuentren a las mismas puertas del Rinconcillo.
Mención especial para aquellos que por su condición de vecino ‘rinconcillero’, se vean obligados a conducir por las calles de la barriada. En este caso, el panorama no es mucho mejor. La mayoría del asfalto está abandonado a su suerte, agujeros en plena calle que hacen que los vehículos bailen día tras día con la opción de visitar el taller, futuro mucho más negro en el caso de los motoristas. El reciente asfaltado de la Avenida del Embarcadero y el próximo de la Avenida Diputación, se antoja muy escaso para la ratonera que se ha convertido el Rinconcillo.
Si el peatón está condenado, no corre mejor suerte el que conduce sus calles
La movilidad reducida en el Rinconcillo es digno de analizar. Que un vecino en silla de ruedas intente transitar por Avenida Diputación o del Embarcadero, solo puede acabar de una forma: la silla no cabe en un acerado que en ocasiones no llega a 40 centímetros ni tampoco baja escaleras, por lo que acabará yendo por la carretera donde los conductores tratan de esquivar agujeros, badenes y coches en doble fila, ya que hace años que el parque móvil del Rinconcillo supera con creces las plazas de aparcamiento de las principales avenidas del barrio.
Ahora que podemos ver en diferentes barriadas de Algeciras, cartelería referente a la inminente obra de asfalto de la Avenida Diputación, es el momento de recordar que el Rinconcillo es más que tres avenidas, que la conexión desde el Embarcadero a la autovía A-7 a través de Agualuna-Calandria lleva años estancada en un proceso de expropiación eterno, a pesar de que cada año se anuncia que se va a llevar a cabo. Que las urbanizaciones que durante años fueron okupadas y que ahora, con sus legítimos dueños viviendo en ellas, siguen abandonadas a su suerte a pesar de pagar impuestos como el que más.