El planteamiento que Ania puso sobre el césped, un Algeciras muy por debajo del nivel con jugadores que no habían jugado juntos ni un solo minuto, lastró el encuentro desde los primeros compases. Con gente joven como Leiva o Campaña en el once inicial, pero con otros que prácticamente no han tocado bola o no han sido capaces de demostrar nada en los partidos que han disputado, como ha sido el caso de Peris o Villapalos, ambos cambiados al descanso. Sí lucieron, dentro de lo lamentable de los primeros minutos, un Tristán que dejó buenas sensaciones en la portería, Van Rijn que se asienta en la defensa conforme consume minutos y un voluntarioso Campaña.
El partido comenzó con un Algeciras que ni tan siquiera sabía dónde estaba. Jordi Figueras y Van Rijn en el centro de la defensa, vivieron cómo Unionistas barrió al conjunto de Ania en los primeros 20 minutos. Dos goles en un visto y no visto contra un Algeciras que no sabía de qué iba la historia. Una historia que era diferente a la que esperaban los cerca de 4.000 aficionados que previo paso por taquilla, aguardaban ilusionados otro tipo de eliminatoria.
A la media hora, los pitos y los abucheos sacaron los colores a Ania, que rápidamente mandó a calentar a Roni, Romero y Ferni, precisamente los cambios que introdujo al descanso y que hicieron que el Algeciras dejara de parecer un cadete ante un Unionistas muy bien plantado. Tan solo la mala suerte evitó la épica albirroja, tras un gol en el descuento de Romero y una última jugada con los once jugadores al ataque que estuvo a un milímetro de acabar siendo rematada por Roni.
El Algeciras tiró la copa y enseña las vergüenzas de un banquillo muy débil. Ahora toca olvidar el torneo del KO y tratar de seguir remando en liga, el próximo domingo a las 12:00h frente al Atlético Sanluqueño.