Las obras de la nueva rotonda que enlazará el Embarcadero con la A-7, a través de una conexión entre calle Calandria y Agualuna, comenzaron el pasado 22 de mayo.
Tras surgir problemas con un vecino afectado por una expropiación de una vivienda contigua a la rotonda proyectada, las obras dieron marcha con la habitual llegada de maquinaria por parte de la UTE encargada de la construcción.
Después de varios días eliminando un huerto abandonado que se encontraba en el centro de los terrenos destinados a la rotonda, el siguiente paso ha sido cortar la vía y principal conexión de acceso al final de la Avenida del Embarcadero así como a las calles Calandria, Cuervo, Buitre, Cormorán, Zordilla y Grulla.
Las obras, que tienen una previsión de duración de al menos dos meses, han obligado a desviar el tráfico a una calle abandonada a su suerte, que jamás ha sido asfaltada, con numerosas zanjas que a buen seguro darán trabajo a los mecánicos algecireños y que no es digna ni tan siquiera de denominarse carretera. Hasta ahora la sufrían el puñado de vecinos que allí viven, ahora la sufren cientos de algecireños que se ven obligados a transitar por ella.